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Perdón en Navidad: Magic Johnson e Isiah Thomas se reconcilian tras 26 años de odio


Qué grandes son estos hombres. Por su estatura, pero más aún por su altura moral. Tras un cuarto de siglo de odio llegó la reconciliación que todos esperaban.


Nueva y preciosa página en la historia de la NBA. Dos de sus grandes, Magic Johnson e Isiah Thomas, considerados sin lugar a dudas entre los mejores base que ha dado la historia del baloncesto, llevaban 26 años separados por el odio, las acusaciones, las maledicencias y la acritud. Hoy, ante las cámaras de NBA TV, han sellado la reconciliación con un encuentro, un abrazo e incluso lágrimas.


El enfrentamiento entre Magic Johnson e Isiah Thomas comenzó en 1991, a raíz de que Magic Johnson hiciera público queera portador del VIH. Esto generó recelo en el entorno del baloncesto e Isiah Thomas hizo unas declaraciones en las que cuestionaba la vida sexual de Magic, lo que provocó un escándalo descomunal incluso en los vestuarios de sus respectivos equipos.

Venganza y ambición

No solo aquellas frases levantaron la barrera entre las dos estrellas sino que, además, Magic Johnson -según reconoció años después- se encargó de que Isiah Thomas no estuviera convocado en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92.


Lo vetó con la aprobación de Larry Bird, que también era capitán del equipo como Magic. La venganza estaba servida. Isiah Thomas quedó fuera de poder participar en lo que se llamaría Dream Team.


Ha sido una historia llena de heridas, incluida la que provocó Magic Johnson al publicar el libro “When the game was ours”, en el que lanzaba varias acusaciones contra su rival.

Dios es bueno por reunirnos otra vez

Transcurridos 26 años, el reencuentro de ayer ante las cámaras no pudo ser más emotivo. Magic Johnson se dirigió a Isiah Thomas en estos términos:

“Déjame decirte que este ha sido un día tremendo. Mi mujer, mi padre y mi madre me decían que tenía que volver a sentarme contigo. Así que cuando me llamaron no tuve dudas y dije vamos a hacer esto. Así que sentarme frente a ti y poder revivir esos momentos de diversión, excelencia, de trabajo duro, de soñar a lo grande… Eres mi hermano, así que déjame pedirte perdón si te he hecho daño y por no haber podido estar juntos. Dios es bueno por reunirnos otra vez”.

Las palabras de Magic Johnson duraron 58 segundos, tras los cuales ambos jugadores se pusieron a llorar y se abrazaron.

El perdón ha podido más que la dureza de los corazones que en estos 26 años no había hecho más que separar a estos grandes jugadores. Tal vez sea la mejor historia de Navidad que pueda contarse en el baloncesto reciente.


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